sábado, 31 de julio de 2010

El duro oficio de oponerse


Pagina12

Por Raúl Dellatorre

Con una dosis de habilidad, mucha decisión acompañada de audacia, y algo de suerte, el Gobierno logró ir eludiendo los distintos obstáculos que la oposición y otros intereses le fueron presentando a la gestión económica, particularmente después de las legislativas de junio de 2009, con pobre cosecha para el oficialismo. Desde la batalla por el uso de las reservas para el pago de deuda, la conducción económica y política del país enfrentó algunas peleas que, en caso de haberles resultado desfavorables, podrían haber puesto en cuestionamiento la estrategia trazada, que trasciende las elecciones presidenciales de octubre de 2011. Y como le suele ocurrir cada vez con mayor frecuencia, las peleas centrales no se le dan al Gobierno de a una, sino varias en forma simultánea. Ahora es el turno de la pulseada por la política previsional, en la que el Gobierno enfrenta la presión por un piso de jubilaciones que se mueva a la par del salario mínimo, mientras que en paralelo se desarrolla un nuevo capítulo de la disputa con las entidades empresarias rurales por las retenciones a las exportaciones de granos. Lo que está en juego, en ambas, es nada menos que el andamiaje de recursos que le permitió al Gobierno, hasta aquí, mantener una política fuertemente activa para sostener el crecimiento y apuntalar el consumo.

No sería acertado ni demostrable decir que los planteos de la oposición responden siempre a un determinado proyecto, o que obedecen sistemáticamente a un único interés en particular. Si bien, en general, las trabas opositoras van de la mano de cierta protección a los beneficios de algunos grupos concentrados, otras veces pareciera ocurrir lo contrario. El planteo del 82 por ciento móvil para la jubilación mínima, en la mayoría de sus defensores, no cuenta ni siquiera con una propuesta de obtención de recursos para financiarlo. El único caso en que este complemento imprescindible aparece es en Proyecto Sur, que le apunta directamente al aumento de las cargas patronales como solución financiera. La sola mención de esta posibilidad despertó inquietud en las entidades patronales y fue suficiente para que se reconstituyera el Grupo de los Siete, las entidades tradicionales del establishment. No hubo pronunciamiento, pero nadie duda de que hubo contactos para evitar ese desenlace con referentes de la oposición estrechamente relacionados con el poder económico, tanto en la Coalición Cívica de Elisa Carrió (si aún no rompió), como en el PRO y el Peronismo Federal. Otra alternativa de financiamiento no apareció. En el oficialismo, en tanto, hay confianza en que la propuesta del 82 por ciento móvil no logrará ser aprobada en el Senado.

El propósito de eliminar las retenciones, que reaparece en el escenario por el vencimiento de las facultades delegadas al Ejecutivo, enfrenta un trámite igualmente complicado. Los desacuerdos en la Mesa de Enlace se trasladaron a la Alianza Cívica, donde Carrió aparece identificada con la Sociedad Rural y sectores del radicalismo y el socialismo se paran más cerca de Federación Agraria. Hoy, en su discurso de inauguración de la Exposición Rural, Hugo Biolcati buscará recomponer el frente opositor en base al único punto que los unifica: el endurecimiento del ataque al Gobierno. Corrupción y acumulación de poder serán las cartas que imagina como ganadoras el titular de la Sociedad Rural, como si ambos cargos no tuvieran nada que ver con su historia personal. Tan poco atinado de su parte, como cuando habla de su preocupación por la pobreza y el hambre.

No es casual que los principales obstáculos que parten de la oposición caigan en el terreno económico. Es el espacio en el que se juega buena parte de la suerte del oficialismo en las próximas elecciones, según entienden tanto en el Gobierno como en la oposición. Y los resultados económicos son los que, hasta ahora, van alimentando la ilusión del kirchnerismo.

Una muestra de ello son las proyecciones económicas que van marcando el grado creciente de confianza en una sólida recuperación. Si hay un rubro del que es imposible sospechar de simpatías con el Gobierno es el de las consultoras internacionales y agencias de calificación. Esta semana circularon en ámbitos bursátiles las estimaciones de crecimiento para lo que resta del año de la agencia estadounidense JP Morgan. Según esta consultora, el PBI real tendrá un crecimiento este año del 8,5 por ciento. Es la proyección más alta de las hechas públicas hasta el momento, aunque en privado más de un economista reconoce que los pronósticos se vienen corrigiendo hacia arriba constantemente. Más significativo es la secuencia de crecimiento trimestre a trimestre de JP Morgan. Midiendo cada uno de estos períodos respecto del mismo trimestre del año pasado, la agencia calificadora estima las siguientes tasas de crecimiento:

I Trimestre: 6,76% (dato del Indec)

II Trimestre: 8,0 %

III Trimestre: 9,3 %

IV Trimestre: 10,0 %

Esto es, una aceleración del crecimiento económico que ubicaría a la economía argentina hacia fin de año en los máximos niveles de crecimiento alcanzados después de la salida de la convertibilidad. Las proyecciones de JP Morgan fueron citadas en un informe que acaba de publicar Bullmarket Brokers Sociedad de Bolsa.

Acertado o no, el pronóstico de la consultora norteamericana marca el grado de confianza que hay en sectores privados y es consistente con algunos comportamientos que se vienen verificando tanto a nivel de consumo, como de inversión, producción y políticas de ingreso impulsadas desde el gobierno. La ministra de Industria, Débora Giorgi, señaló y puso en contexto varios datos que, aisladamente, fueron surgiendo en los últimos días. En declaraciones a la televisión pública, puntualizó:

- Tenemos un crecimiento industrial que ya no es sólo producto de la tracción estadística de dos o tres sectores (automotor, siderúrgico y algún otro), sino que se diversifica en ramas de la metalmecánica, textiles, metálicas básicas, caucho y plástico.

- Este crecimiento diversificado, que también se da en la producción agropecuaria, se refleja fundamentalmente en la creación de puestos de trabajo. En el último trimestre, hay en el mercado laboral 92 mil personas más que un año atrás, de los cuales 40 mil se incorporaron entre el último y el trimestre anterior.

- El aumento en las jubilaciones y las asignaciones por hijo a partir de septiembre generará un aumento en el consumo privado del 2,3 por ciento, especialmente en los rubros de alimentos y otros de primera necesidad. Para los empresarios, es una oportunidad de obtener mayor rentabilidad a partir de incrementar el volumen de producción. No hay razones para que la mayor demanda provoque suba de precios, estamos en un promedio de uso de capacidad instalada del 75 por ciento y si, a pesar de ello, “algún pícaro busca mayores ganancias sin arriesgarse a producir más, el Estado va a estar ahí para combatirlo”.

El marco económico actual revela que el Gobierno fue avanzando, sorteando obstáculos y apostando a políticas activas de ingresos e incentivos a la inversión. Contó a favor con que ninguno de los pronósticos apocalípticos de la oposición se cumplieron: no hubo que importar leche, trigo ni carne por la política agropecuaria, no se retrasaron las jubilaciones por el índice de movilidad votado en el Congreso, ni la población se quedó sin celulares ni notebooks accesibles por la ley que respaldó la producción en Tierra del Fuego y le subió impuestos a los importados. Hasta el proceso de recomposición del stock ganadero, que obligará a contar con menor oferta de carne vacuna por lo menos este año y el próximo, está pasando sin sobresaltos: ni escalada de precios ni pánico de consumidores. Sí, con un problema por cierres de plantas y disminución de tareas en frigoríficos, que está afectando al personal del sector por subsidios de la cartera laboral que no llegan con la premura necesaria.

La política, la que se maneja desde las filas opositoras, pretende imponer una lectura de la realidad diferente, que el gobierno no compró y que no le impidió seguir actuando sobre la otra realidad. La que se refleja en la macroeconomía y le está devolviendo resultados más que satisfactorios. Mejor así.

 La última cena

OSVALDO BAYER: Don Jorge

Pagina12
Por Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania

Se nos murió don Jorge. Ya han pasado dos semanas. Quise dejar pasar todos estos días antes de escribir esto. Leer todo lo que en estos días se escribió sobre él. Y entonces, sí, dedicarle estas páginas a quien lo mereció. Don Jorge Cepernic, gobernador de Santa Cruz en aquellos años cruciales donde se iba a definir el futuro de los que buscábamos otra Argentina. Don Jorge Cepernic, gobernador de Santa Cruz elegido por su pueblo. Pero gobernador por pocos meses. Una historia argentina.

Fue en el año 1970 que lo conocí. Viajé a Santa Cruz para iniciar la investigación de las huelgas rurales de los años 1920-22. Los fusilamientos de los peones de campo por parte del Ejército argentino durante la presidencia de Yrigoyen eran un tema del cual no se hablaba. “De eso no se habla”, era la respuesta casi obligada ante la pregunta: “¿Qué pasó en estas tierras en aquellos años?”. A don Jorge me lo presentó el doctor Paradelo, hijo de quien había sido gobernador santacruceño en el año ’58. Me dijo: “Don Jorge Cepernic, santacruceño hasta la médula de los huesos, hombre del campo y la ciudad, él te va a relatar toda la verdad”.

Y fue así. Me recibió como a alguien que hubiera esperado muchos años. Se maravilló de que a uno de Buenos Aires le interesara revisar la historia patagónica. Y se puso a mi disposición. “Le voy a presentar a todos los que viven todavía de esa época”, me dijo. Y, con tiempo, me preparó un programa de viajes por el interior de la provincia. El mismo me iba a llevar en su autito Fiat 600. Y lo hizo. Anduvimos kilómetros y kilómetros en ese ratoncito con motor, saltando por esos caminos llovidos de piedras. Pero don Jorge no se inmutaba. Nos deteníamos ante las estancias y me contaba la historia de sus propietarios y cuáles habían sido sus comportamientos durante las huelgas rurales. Entrábamos y me presentaba desde el patrón hasta el último peón. Siempre había alguien que daba datos sobre sobrevivientes de aquellos hechos y dónde vivían.

Mientras viajábamos me relataba que él tenía seis años cuando se iniciaron las huelgas y que su padre –croata que llegó a los 18 años a la Patagonia– tenía un negocio de verduras y frutas, y que siempre ayudó a los perseguidos por la represión del Ejército. Y que él vio cuando trajeron –durante la primera huelga– a los caídos en El Cerrito, en un enfrentamiento con la policía, y los velaron en el local de la Sociedad Obrera. También así conoció a Antonio Soto, el líder del movimiento.

En ese viaje me di cuenta de la amplitud de ese hombre. Cómo comprendía el porqué de las huelgas y que lo que exigían era muy poco. Además, para él, siempre fue inexplicable la orden dada por el presidente Yrigoyen al teniente coronel Varela, con la pena de muerte por “subversión” a quien se resistiera a la orden de volver al trabajo.

“Yo conocí a esas peonadas, gente silenciosa y de trabajo. Aguantadora pero con fuerza para decir basta cuándo la explotación llegaba a no respetar la dignidad humana”, me decía don Jorge mientras guiaba su autito en esas distancias interminables.

A don Jorge lo saludaba todo el mundo. Un hombre de trabajo con su “campito”, como él llamaba a su estanzuela cerca del El Calafate, y su casa sencillamente patagónica de Río Gallegos.

Ese hombre, años después de nuestro encuentro, fue elegido gobernador de Santa Cruz en las elecciones de 1973 –aquellos comicios nacionales en que se consagró presidente a Cámpora– con amplia mayoría. Es que todo el mundo lo conocía a don Jorge: honrado, humilde, hombre de la tierra que siempre había vivido en su provincia, que salió a la protesta cuando vio injusticia en su sociedad y que hablaba de su paisaje, del que me dijo varias veces: “A esto hay que convertirlo en un paraíso real para la gente”. Don Jorge.

Mientras tanto habían salido ya mis dos primeros tomos sobre la huelga patagónica y los cineastas Olivera y Ayala, no bien los leyeron, decidieron filmar la verdad histórica de esa innoble injusticia que había ahogado en sangre la protesta de los desposeídos. Así nacieron los planes del film La Patagonia rebelde. Y aquí se inicia un capítulo que lo dice todo de una sociedad: el miedo de los funcionarios “responsables”, el mirar para otro lado y el ejercicio del poder para prohibir. “Se prohíbe” y se acabó. Como dijo meses después el mayor censor de la historia argentina, Manuel Paulino Tato. Hombre de misa diaria.
Pero vayamos al comienzo del drama. Gobernador, Don Jorge; presidente, Cámpora; interventor de la censura cinematográfica, Getino –el valiente de La hora de los hornos–. No hubo ningún problema. Getino aprobó el guión sin pestañear y viajamos a Santa Cruz para filmar en los lugares históricos.

El gobernador, don Jorge Cepernic, nos recibió con los brazos abiertos. El banco de la provincia nos dio un préstamo y el gobernador dio permiso de filmar en todo el territorio provincial y, justamente, en los lugares históricos. Más todavía, don Jorge nos puso a disposición a los cadetes de la escuela de policía para que hicieran de “extras” en el film representando el papel de los soldados.

Pero nada iba a ser fácil. Cuando miembros del Ejército se enteraron del proyecto, comenzaron a moverse. A través de informantes supieron que el final del film iba a ser la escena donde las prostitutas de San Julián rechazaron a los soldados fusiladores, después de la matanza de peones. Todo menos esa escena iban a permitir los militares.

Ya había renunciado Cámpora. Se había producido la presidencia de Lastiri –quien había procedido a prohibir mi primer libro, Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. El ambiente venía mal. Pero asumió Perón.

En medio de la filmación, en una estancia cercana a Puerto Santa Cruz, un mediodía vemos aparecer un automóvil. De él baja el propio gobernador, don Jorge Cepernic. Me busca a mí, con quien era el único del grupo filmador que tenía amistad. Me lleva aparte y me dice: “Me acaban de llamar de Casa de Gobierno preguntándome quién dio permiso para filmar tu libro en el territorio de esta provincia”. Me miró largo, en silencio. Comprendí. Pero me dio esperanzas. Agregó: “Te pido que les digas a Olivera y a los actores que traten de filmar lo más rápido posible y terminar cuanto antes. Yo, mientras tanto, voy a ganar tiempo haciéndome el que no entiendo”. Don Jorge era así. Arriesgaba su cargo de gobernador por ser fiel a la verdad histórica.

No voy a olvidar más a ese gobernador caminando de nuevo hasta su auto para regresar a Río Gallegos, y me dije: “Un gobernador recorre kilómetros para avisar a un amigo de los peligros que hay. No me vino a decir: ‘Acábenla ya mismo con eso’. No, me dijo sólo que nos apurarámos”. La actitud de un verdadero Hijo del Pueblo.

La escena se iba a repetir. Cuando filmábamos, dos semanas después, cerca de Lago Argentino, en la estancia La Primavera, las últimas tomas de exteriores, el gobernador Cepernic se tomó el avión para venir y volver a decirnos que el problema se había agravado y que había mucha indignación entre los oficiales del Ejército. Pero en ningún momento nos pidió o exigió que nos fuéramos ya y que no lo comprometiéramos más.

Sí, el film pudo estrenarse con un éxito increíble, a salas llenas, después de meses enteros de no permitirse la exhibición. En ese ínterin muere Perón y el mismo día nuestro film obtiene el Oso de Plata del Festival de Berlín. Este último factor ayudó para que el film no fuera prohibido de inmediato. Comienza uno de los períodos más nefastos de nuestra vida política: el régimen de López Rega y sus Tres A. El gobierno de Jorge Cepernic es intervenido por la presidenta Isabel Perón y con la aprobación del Congreso de la Nación, y reemplazado por el funcionario Augusto Saffores, en el mismo momento en que Cepernic se proponía expropiar uno de los más grandes latifundios de esa provincia, de capitales británicos. Es que Cepernic nunca podía olvidar que Roca, justamente el genocida de los pueblos originarios, durante su segunda presidencia había otorgado –por la concesión Grünbein– 2.500.000 héctareas de Santa Cruz a 137 estancieros ingleses.

A don Jorge se le quitó la gobernación. Una de las medidas más injustas de nuestra historia política. Esa decisión se tomó también contra los gobernadores de otras cuatro provincias que se proponían cumplir con lo prometido en las elecciones.
Después, su fidelidad a sus ideales iba a ser pagada cara por don Jorge. La dictadura de la desaparición de personas lo hará detener y pasará más de cinco años de prisión en la cárcel militar de Magdalena. La humillación más absoluta. Cuando le preguntó al coronel jefe de la prisión por qué lo tenían tanto tiempo preso, le contestó el uniformado: “Porque usted permitió la filmación de La Patagonia rebelde en su provincia”. Pecado mortal. Denunciar la verdad de nuestra historia, en nuestro país, era ser subversivo contra el orden establecido.

Luego de casi seis años de cárcel, debió cumplir prisión domiciliaria en su casa de La Josefina”, su “campito”, como lo llamaba él. Allí continuó la humillación ya que allí convivían, para vigilarlo, cuatro policías por turno a los cuales la esposa de don Jorge –la inolvidable y eterna compañera de él, Sofía Vicic– debía cocinarles y servirles la comida. Hasta que don Jorge, en esos actos siempre frescos e insurgentes de él, se escapó por una ventana, fue a la comisaría más cercana y dijo: “Aquí me quedo, ni mi mujer ni mis hijos tienen que sufrir esta humillación en mi casa con esa guardia permanente”.

Cuando hace pocos meses filmamos mi regreso a los lugares donde cuarenta años antes había hecho la investigación de las huelgas patagónicas, grabamos mi última entrevista con don Jorge. Siempre el mismo. Con ganas de poder alguna vez cumplir con sus ideales de justicia social en su querida tierra patagónica. La nostalgia de todo lo vivido nos cubrió de emoción. Me despedí con el abrazo reconocido que se da a los hombres honrados, a los hombres de la generosidad.

La calle de Río Gallegos donde vivieron mis padres y nació mi hermano mayor se llama Roca, el nombre del genocida. Ojalá que alguna vez se llame Jorge Cepernic: un santacruceño de ley que sufrió todas las humillaciones y que quería hacer de toda esa tierra un ejemplo para un país justo, sin niños con hambre, sin villas miseria, sin violencias. Ojalá existan en el futuro hombres como él con el coraje civil de hacerlo. Se lo merece. Fue, lo repito, un verdadero Hijo del Pueblo.

jueves, 29 de julio de 2010

PRUEBA DE LA PRESENCIA DE LAS FARC EN VENEZUELA

Ahora si que Uribe nos convenció. En la foto puede verse al comandante bigotito preparando el asado en la frontera de Venezuela con Colombia, acompañado por, entre otros, Antonio Gramsci disfrazado, y por el Pato Donald con una remera del Che comprada en las calles de Caracas. El fondo, es una foto con verde para ocultar los estudios televisivos de "Aló Presidente" porque el Comandante Hugo Chavez en ese momento estaba transmitiendo y no queria que se vea que los combatientes están muy bien alimentados.

Con estas "pruebas" Colombia demuestra "irrefutablemente" que Chavez apoya a las FARC, y que es un peligro para si mismo.

Uribe... matate.

El relato y la política

Pagina12

Por Raúl Dellatorre
 
Quedó claro que el discurso por cadena nacional de la presidenta de la Nación de ayer al mediodía no fue el simple anuncio o justificación de una medida. Fue, meditadamente, la definición de una política, la respuesta a las alternativas de la oposición que se expresan en el Congreso y ayer en las calles. Cristina Fernández estableció los fundamentos de una política de seguridad social con pretensiones de permanencia, una apuesta a la redistribución de ingresos por vía del reconocimiento de derechos antes que por el reparto de un superávit o de circunstanciales holguras de caja. Reivindicó la política de Estado y su institucionalidad, en contraposición a un Estado vacío de políticas que sólo actúe bajo presión de sectores en un sentido o en otro.

Cristina explicó el sentido de las políticas públicas en un país donde muchos políticos, legisladores o postulantes, parecerían ignorarlas. “Los anuncios se hacen en el marco de la institucionalización de las políticas de seguridad social, de inclusión social, para que no queden sujetos a los humores de un gobernante de turno, a las presuntas vocaciones que de repente se desatan en medio de campañas electorales.” Se refería al aumento en las jubilaciones que se rigen por una ley que fija las dos fechas anuales y la fórmula de ajuste para determinar el aumento. No hay discrecionalidad posible en su aplicación.

Cristina y su gobierno están jugando muy fuerte a la política de seguridad social como reasignador de recursos, como ningún otro gobierno argentino antes. Pero, aparentemente, sin poner en riesgo su sustentabilidad. “La suma de todas esas inversiones de carácter social (jubilaciones, asignaciones familiares, asignación universal), junto a la armonización de las cajas a las cuales aporta la Anses, y sus gastos propios, significan un 11,88 por ciento del PBI y un 57 por ciento del presupuesto total de gastos aprobado por el Congreso.”

Cristina les reclama a los sectores económicos y sociales, empresarios y sindicatos, que actúen responsablemente para permitir el impacto pleno de estas políticas. Que se ubiquen, en todo caso, al lado de las políticas públicas redistributivas, pero no enfrente. “Quiero dirigirme específicamente al sector empresarial y comercial argentino: éste es un aumento (jubilaciones y asignaciones por hijo) que no puede tener correlato en aumento de precios, porque las negociaciones salariales están terminadas y estos aumentos son a cuenta pura y exclusiva de la Anses, o sea de la administración estatal (...). Que no digan que hay un aumento de precios porque aumentaron las asignaciones familiares por hijo o porque los jubilados van a ganar más, porque eso no les costó absolutamente nada, eso lo hicieron los recursos de los trabajadores.”

Y con respecto a la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo, dijo: “También quiero pedir mucha responsabilidad a todos los dirigentes empresariales y también a los compañeros de la CGT, de la CTA, los dirigentes sindicales, porque ellos representan a quienes ya tienen el derecho del trabajo asegurado. Convoco a esa responsabilidad para los que ya también han conseguido muchos derechos y seguramente querrán conservarlos y aumentarlos, pero siempre con la mirada puesta en los que todavía no tienen, y que entonces este modelo pueda seguir sustentándose”.

La Presidenta polemizó con las posturas de la oposición, recordando la falta de acompañamiento en políticas que han permitido mejorar sustancialmente la posición económica de los más vulnerables. “La ley de movilidad jubilatoria, un proyecto del Poder Ejecutivo enviado al Parlamento que, en aquel momento, discutimos mucho y votamos casi en soledad la fórmula por la cual se iba a dar ese ajuste. Todos recordarán las críticas de la oposición, en cuanto a que iban a ser ajustes mínimos, de apenas el 4, el 5 por ciento, que en realidad estábamos haciendo trampa.”

Y se preguntó, a propósito de la propuesta opositora de llevar el piso jubilatorio al 82 por ciento del salario mínimo, “cómo se puede mejorar esta propuesta de seguridad social reduciendo ingresos o impuestos (...). No se puede pasar de pedir enfriamiento de la economía a rifar dinero por otro lado, no se puede pasar de descontar sueldos a jubilados y pensionados a tornarse en abanderado de los derechos de los humildes, sobre todo cuando hay tan poco tiempo entre una cosa y la otra”.

Cristina también se permitió momentos de distensión y humor. “Yo ya no me enojo más, me fastidio. Voy en trance: antes me enojaba mucho, ahora me fastidio un poco. Más light, como tanto gusta para ser políticamente correcto. (Desde la primera fila, Hebe de Bonafini le pide que no deje de enojarse.) No, para eso estás vos Hebe, enojate vos que te enojás mejor que nadie. Vos te enojás, mi querida Hebe, mucho más, mucho mejor y con mucho más derecho que cualquiera de los que andan enojados por ahí.”

O cuando expresó su admiración y debilidad por la ardillita Belka, la que corría tras su bellota en el dibujo animado La era del hielo. Fue al recordar la década larga (los ‘90 hasta 2001) de congelamiento de los haberes jubilatorios y asignaciones familiares. “Es lo que yo denomino ‘La era del hielo’, aunque en realidad los animalitos de esa película son mucho más simpáticos que los personajes de la era del hielo nuestra. Sí, la ardillita ésa es una maravilla, incomparable.”

O al ser recibida con ovaciones al entrar al Salón de la Mujer de la Casa de Gobierno. “Cuando vi tanta algarabía pensé que ingresaba a una cancha de fútbol. En realidad, estamos ingresando a la cancha del pueblo, que en definitiva es también el lugar que nos contiene a todos.”

Por lo que significa en dinero, 17.988 millones de pesos anualizados, los tres aumentos anunciados ayer podrían considerarse la decisión oficial de mayor trascendencia puntual en la gestión de la actual Presidenta (y de la de su antecesor y marido también). Pero el contenido del anuncio es mucho más que eso: en medio de la pulseada que lanzó la oposición con el 82 por ciento móvil que busca unificarlos, la fórmula de ajuste del Gobierno quedaba puesta a prueba. Debía demostrar que era capaz de dar una respuesta satisfactoria. El aumento del 26,5 por ciento en los haberes jubilatorios (en todos los haberes, no sólo en la mínima) en el año, y del 51,6 por ciento en dos años de vigencia del sistema, evidencian que pasó la prueba.

Y con formas no discrecionales, sino a través de una fórmula y una frecuencia predeterminadas. Distinto es el caso de la propuesta alternativa de la oposición, que ata el haber jubilatorio mínimo a un salario mínimo que se fija anualmente en una mesa de negociación. Pero con el Gobierno como árbitro o con la facultad de “desempatar” entre empleadores y trabajadores. ¿Qué pasaría con un gobierno que, para no tener que aumentar la jubilación mínima, se aliara al sector patronal para no aumentar el salario mínimo en determinado año? La propuesta de la oposición deja espacio para semejante discrecionalidad, y el voto “no positivo” del Estado en la mesa de negociación no se puede descartar como eventualidad.

miércoles, 28 de julio de 2010

RETENCIONES: Pelea por el reparto de la torta que aún no llega

Pagina12

Por Fernando Krakowiak
 
Los integrantes de la Mesa de Enlace se relamen porque intuyen que la baja de las retenciones está cerca, pero los millones de pesos en juego son tantos que todavía no logran ponerse de acuerdo sobre cómo se hará el reparto y eso demora la concreción de su sueño. En el encuentro organizado ayer en la Exposición de Palermo para debatir el tema, el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, reiteró que consensuó con el presidente de Federación Agraria, Eduardo Bu-zzi, respaldar un único proyecto para avanzar con la reducción gradual y segmentada de las retenciones a la soja y llevar a cero la alícuota en el resto de las producciones. Sin embargo, Buzzi faltó a la cita y los dirigentes federados que asistieron desmintieron a Biolcati. “Por ahora no hay nada”, aseguró a Página/12 el vicepresidente Julio Currás. En términos similares se expresaron Ulises Forte y Pablo Orsolini, dos diputados radicales que provienen de la entidad, quienes ratificaron que es necesario segmentar las retenciones de todos los cultivos. El otro aporte a la confusión general provino de los partidos de la oposición. Sus máximos referentes derrocharon elogios para el campo, pero tampoco se ponen de acuerdo sobre qué proyecto impulsar.

La cita fue en el auditorio principal del predio de Palermo. Los dirigentes de Federación Agraria llegaron temprano y entraron juntos mirando con desconfianza. Estaban Omar Barchetta, Guillermo Gianassi y Currás, junto a Forte y Orsolini. Apenas unas horas antes, Buzzi había denunciado que les estaban preparando una especie de emboscada para presionarlos a aceptar el proyecto de baja de retenciones que entusiasma a la Sociedad Rural y CRA. Biolcati acusó recibo y pidió públicamente “mantener un nivel de respeto y armonía con el que piensa diferente”.

El presidente de la Sociedad Rural reiteró que la Mesa de Enlace había logrado dejar atrás sus diferencias para apoyar un proyecto común, pero nadie parecía muy convencido. “No voy a apoyar una propuesta de retenciones cero a todos los cultivos, salvo la soja. Por ahora el único consenso que hay es que debe haber consenso”, señaló Forte a este diario. Orsolini también explicó a Página/12 que avanzar en esa dirección desfinanciaría al Estado y perjudicaría a los pequeños productores. “Si se bajan 10 puntos a la soja, el Estado dejaría de percibir 8200 millones de pesos y 6000 millones irían a parar a sólo 2000 grandes productores, fomentando la concentración. Por eso nuestra propuesta deja las retenciones para los grandes en niveles similares e introduce la segmentación. De ese modo, se favorece al 90 por ciento de los productores y el Estado seguiría recaudando el 80 por ciento de lo que le ingresa ahora”, explicó. Este diario se acercó a Biolcati para decirle que el consenso que había estado pregonando parecía estar lejos. “No es lo que hablamos con Bu-zzi”, se limitó a responder.

Ninguno de los dirigentes de Federación Agraria pudo repetir los argumentos mencionados ante el auditorio porque no formaron parte del panel. Ese privilegio fue para el constitucionalista Daniel Sabsay y una larga lista de legisladores de la oposición, que incluyó a Oscar Aguad, Elisa Carrió, Felipe Solá, Federico Pinedo, Patricia Bullrich, Adolfo Rodríguez Saá, Josefina Meabe de Mathó, Ricardo Buryaile, Margarita Stolbizer, Alfredo Olmedo y Gerardo Morales.

Sabsay fue el encargado de explicar por qué el próximo 24 de agosto, cuando caduquen las facultades delegadas que habilitan al Ejecutivo a fijar las retenciones, estas alícuotas desaparecerían automáticamente, aunque la oposición no logre consensuar un proyecto alternativo. Esa interpretación es polémica (ver aparte), pero Sabsay la presentó como un dato incuestionable e incluso dijo que si el Gobierno desconoce la situación, le podría caber “la pena de los infames traidores a la patria”, prevista en el artículo 29 de la Carta Magna.

El argumento de este constitucionalista, que en 2007 formó parte de los equipos de campaña de Elisa Carrió, fue el puntapié inicial para que los legisladores debatan qué habría que hacer entonces. Algunos pusieron en duda que los hechos vayan a ocurrir tal como lo pronosticó Sabsay, pero igual aceptaron el desafío de ver cómo se debería hacer para articular un proyecto capaz de reemplazar las retenciones vigentes. En ese momento, todos se mostraron complacientes con los productores y se disputaron los aplausos de la platea, pero no lograron ponerse de acuerdo sobre qué pasos hay que seguir para cumplirle el sueño a la Mesa de Enlace.

La diputada del GEN Margarita Stolbizer fue una de las primeras en reconocer las diferencias, al afirmar que no hay ningún proyecto de baja de retenciones que cuente con los votos suficientes para ser aprobado. “Quien crea que embanderado en su propio proyecto resuelve y consigue el número, se equivoca”, disparó en obvia referencia a Elisa Carrió, que viene manifestando una adhesión incondicional e intransigente a los reclamos más radicales del campo.

Carrió recogió el guante y respondió con dureza: “El Acuerdo Cívico prometió en las elecciones del año pasado que iba a eliminar las retenciones a todos los productos, menos a la soja, y de ahí no nos vamos a mover porque no me gusta traicionar al pueblo que nos votó”.

Stolbizer también le pidió a las entidades que traten de articular una posición común, consciente de que los dichos de Biolcati sobre un supuesto consenso eran sólo para mostrar un frente unido luego de los rumores de ruptura. En ese caso el encargado de salirle al cruce fue el periodista Joaquín Morales Solá, que se desempeñó como “moderador”:
–Las entidades llegaron a un acuerdo. Hay acuerdo –dijo buscando la aprobación de Biolcati y Mario Llambías, que miraban desde la primera fila.

Esa intervención envalentonó nuevamente a Carrió, que cuestionó a quienes proponen la segmentación. “No estoy de acuerdo. Si se avanza con la segmentación, quiero saber quiénes se van a hacer responsables cuando a los pequeños productores el Gobierno no les devuelve la plata. Yo prefiero subsidio directo y crédito blando para apoyar al pequeño productor”, dijo.

En ese momento intervino el diputado Felipe Solá, del Peronismo Federal. “Si no se puede segmentar porque la corrupción haría imposible efectivizar la devolución, tampoco se podría ofrecer una tasa subsidiada por el mismo motivo. Con ese argumento, la única salida es la ausencia de toda política de Estado”, sostuvo. Luego aclaró que no proponía una segmentación compleja, sino sólo distinguir entre pequeños y grandes productores.

En medio de la polémica, también hubo lugar para la participación del diputado salteño Alfredo Olmedo, conocido como el Rey de la Soja, quien puso el toque de color con la campera amarilla que lleva a todas partes y un par de sus clásicas frases con destino de sobrecito de azúcar: “El campo es parte de la solución, no es parte del problema”, disparó en una primera intervención, durante la cual también le pidió a Cristina Fernández de Kirchner que visite el interior. Luego volvió a pedir la palabra y se limitó a decir: “¿Cómo se reconstruye la Argentina? La Argentina se reconstruye trabajando. Por eso hay que reemplazar los planes Descansar por planes Producir, si no hay una parte de la sociedad que trabaja para que otra descanse”. La audiencia lo ovacionó.

fkrakowiak@pagina12.com.ar

Contraofensiva de la Iglesia: lanzó un boicot al matrimonio igualitario

Tiempo Argentino

Por Lucia Alvarez

La estrategia incluye publicaciones en Internet para guiar a funcionarios que se excusen con la “objeción de conciencia”, escraches a los registros civiles que cumplan con la nueva ley y a los legisladores que la aprobaron.

Para algunos, la “guerra de Dios” no terminó. A pesar de la promulgación del matrimonio igualitario, organizaciones y representantes del fundamentalismo religioso no están dispuestos a bajar los brazos. Las estrategias a futuro incluyen publicaciones para guiar a los “objetores de conciencia”, seminarios de intervención política, marchas al Congreso contra “las leyes sin Dios” y a favor de la penalización del aborto, y todo un despliegue en las redes sociales donde se organizan cacerolazos, escraches a registros civiles que accedan a casar parejas y publicación de los datos de los senadores que apoyaron la medida.

Un día después de haberse aprobado el proyecto en el recinto, algunos religiosos ya evaluaban la contraofensiva. Tal como sucedió en España y otros países que implementaron el cambio en el Código Civil, el pedido de inconstitucionalidad parecía el plan más viable. Así lo habían sugerido a Tiempo Argentino el obispo auxiliar de La Plata, Nicolás Laferriere,miembro de la Comisión Episcopal de Seguimiento Legislativo, y el vicepresidente de la Corporación de Abogados Católicos, Eduardo Sambrizzi.

Sin embargo, en las semanas siguientes, la balanza se inclinó a favor de la objeción de conciencia. “No los caso ni aunque me cueste la vida”, proclamó primero una jueza de paz de La Pampa, Marta Covella, que contó con el apoyo de la diputada Elisa Carrió. Después fue el turno de la encargada de un registro civil sanjuanino, Ángela de Herrero, hasta llegar al clímax con el jefe del registro civil de Concordia, Alberto Arias, que afirmó preferir casar al ex represor Alfredo Astiz antes que a una pareja gay. También el gobernador de Mendoza, Celso Jaque, llamó a elaborar una lista con los funcionarios que no quieran cumplir con sus funciones, y el sanjuanino José Luis Gioja recibió un proyecto de ley para cubrir a los objetores.

Ahora, el movimiento Fundar, asociado a la Fundación Latina de Cultura que preside el asesor legislativo de la Conferencia Episcopal Argentina, Guillermo Cartasso, publicó en su página web una Guía de argumentos normativos en el Derecho argentino para la objeción de conciencia. Allí se citan artículos de la Constitución Nacional, legislaciones provinciales y jurisprudencias a los que pueden apelar los objetores, pero no se menciona que en el país no existe norma alguna que con carácter general habilite o prohíba el ejercicio de la objeción de conciencia. También cita el fallo de la Corte Suprema de Justicia por el caso “Portillo”, de 1989, pero no menciona que en ese momento los magistrados exigieron “distinguir los casos en los que la objeción de conciencia no contradice otro derecho, de aquellos en los que sí hay colisión de derechos”.

Hay otros cruzados. Ayer, Roberto Castellano, presidente de la fundación Provida, difundió un comunicado titulado “Los cristianos no pueden ser obligados a actuar contra su fe”, en que denuncia la “tiranía de las minorías, aunque se disimule como ‘nuevas formas de igualdad’”, y compara “un médico que se niega a matar un bebé mediante un aborto, o que no se preste a mutilar a una persona con una operación esterilizante” con “un funcionario registral que no se preste para celebrar pseudomatrimonios”.

Olga Muñoz, la presidenta de Familias del Mundo Unidas por la Paz (Fampaz), parte de la red local del Opus Dei que organiza la “Marcha de los Escarpines”, publicó en un comunicado de prensa que “perder una batalla no es perder la guerra” y convocó a marchar hoy frente al Congreso Nacional contra la nueva ley y contra el aborto. También este comunicado miente: asegura que hay dictámenes en ambas cámaras para un proyecto de ley para la interrupción voluntaria del embarazo, que ni siquiera está en tratamiento.

Otra de las estrategias de los grupos religiosos es el ingreso a las redes sociales. En Facebook, Argentinos por los Chicos, una organización que se presenta como de “civiles autoconvocados” pero cuyos principales referentes son Alejandro Taussig, de la Asociación Civil para la Promoción y Defensa de la Familia, que pidió la anulación del primer matrimonio gay, y Gastón Bruno, vicepresidente de la Alianza Cristiana de Iglesias e Instituciones Cristianas Evangélicas, publicó en su muro: “Sepan que estamos coordinando muchas acciones para seguir apoyando a la familia. Manténganse alerta y en contacto.”

En esa página hay llamados a cacerolear, a votar en las encuestas de los medios nacionales y a promover una solicitud de veto al vicepresidente Julio Cobos. En otros grupos, los planes varían entre publicar el teléfono de senadores como Marina Riofrío, ausente en el debate por acompañar a la presidenta en su viaje a China, y organizar escraches en los registros civiles.

Eduardo Buzzi: "Carrió no cree en el Estado"

ElArgentino.com

El titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, salió hoy al cruce de la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, a quien acusó de no creer en el papel del Estado. La diputada había participado ayer de un encuentro sobre retenciones con dirigentes rurales y el resto de la oposición.

"Carrió no cree en el Estado, cree en el liberalismo económico como única receta", aseguró Buzzi en declaraciones a FM Identidad. Después de una catarata de críticas, que involucraron a varios sectores de la política argentina, entre ellos Binner y Stolbizer, Carrió respondió: "Binner tiene razón, yo soy complicada", afirmó la chaqueña.

En declaraciones a radio La Red, la diputada sostuvo: "Somos una fuerza difícil, porque nunca hemos sido ambiguos. Siempre hemos luchado contra la corrupción, no hemos tenido relaciones con ministros corruptos, tenemos posiciones muy claras, muy precisas, somos auténticos, no somos ambiguos".

martes, 27 de julio de 2010

DICTADURA: Sin matrícula por “informante”

Pagina12
Por Elio Brat
Desde Neuquén

En un acto sin muchos precedentes en el país, el Tribunal de Etica del Colegio de Profesionales de Servicio Social de Neuquén decidió expulsar al asistente social Ricardo Grisotto por haber comprobado su actividad como informante del Ejército en tiempos de la última dictadura militar, manteniendo esa “función” en Neuquén capital aun después de la caída de los militares, en 1983. Es la primera vez en la Patagonia que a un profesional sus pares le quitan la matrícula, inhabilitándolo para ejercer tanto a nivel local como en el resto del país. Grisotto sigue viviendo en la capital neuquina.

La sanción a Grisotto comenzó a gestarse cuando sus pares neuquinos descubrieron su nombre en la lista de colaboradores del Ejército Argentino que la revista Veintitrés publicó el pasado enero. Allí figuraba como miembro informante que reportaba al Batallón 601 de Inteligencia, ubicado a pocos kilómetros de La Plata, ciudad de donde es originario.

El juicio se desarrolló durante más de tres horas ante unas 200 personas que se congregaron en el Centro Cultural La Conrado, de Neuquén. Con varios días de anticipación, Grisotto fue convocado a defenderse de las acusaciones, pero finalmente decidió no testificar. Entre los cargos que se comprobaron en el juicio figura “haber sido responsable de haber violado principios éticos, priorizando su condición de informante del Ejército en los años de la dictadura militar que encabezó el entonces general Jorge Rafael Videla”. Además, en la sanción condenatoria de expulsarlo de su colegio –la mayor que puede aplicar un tribunal de ética profesional– se explicó que Grisotto “violentó el secreto profesional, habiendo utilizado información propia de su trabajo en el Hospital Central de Neuquén Castro Rendón para su tarea de informante, desplegando además una actividad de inteligencia paralela a su labor profesional”.

Algunos de los testigos que detallaron pormenorizadamente las actividades que desarrolló Grisotto en el hospital neuquino fueron el presidente de la Asociación de Profesionales del Hospital C. Rendón, el médico César Dell’Alli, y Alicia Sepúlveda, miembro de la Pastoral de Migraciones del Obispado de Neuquén. Además testificaron Lolín Rigoni, de las Madres de Plaza de Mayo Filial Neuquén y el Alto Valle, y Alicia Pizarro, quien como asistente social fue la miembro colegiada que impulsó la acusación contra su colega.

“Esto que pasó aquí no es sólo hablar del pasado, sino que es abordar el aquí y ahora para repudiarlo y que nos marque el camino que se debe tomar ante personajes como el juzgado este día en Neuquén”, dijo a Página/12 la dirigente platense Nilda Eloy, quien viajó al sur para apoyar la actividad que se llevó a cabo el último fin de semana. “Si bien no le hemos encontrado el resquicio para llevar a Grisotto ante la Justicia regular por los hechos que aquí se comprobaron, pienso que la decisión de inhabilitarlo profesionalmente es absolutamente sanadora para toda la sociedad neuquina y también para todo el país. Porque no queremos que nos vigilen, que nos investiguen y que usen cada una de nuestras palabras para reprimirnos, condenarnos, someternos y encapucharnos nuevamente. El repudio de sus propios colegas reafirma lo que sentimos muchos en la Argentina de hoy”, finalizó.

Silvia Roca, secretaria del colegio de asistentes sociales neuquinos, consideró que “esta sanción es muy importante en tanto nuestro dictamen contiene elementos que pueden ser de utilidad para otras organizaciones de derechos humanos, constituyendo un antecedente muy bueno para abordar otros casos similares en el resto de Argentina”.

Si bien Grisotto actualmente figura como jubilado en el área de asistencia social del Hospital Central de Neuquén, el retiro de su matrícula lo inhabilita para asumir tareas extra, como realizar peritajes o elaborar cualquier tipo de informes.

lunes, 26 de julio de 2010

COMUNIDAD INDIGENA DE AMAICHA DEL VALLE - TUCUMAN

Entrevista al Cacique de Amaicha del Valle, Eduardo Nieva. En esta primera parte, Eduardo cuenta su infancia, su llegada a Buenos Aires a estudiar derecho y su paso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas. En la segunda parte, narra las memorias de las luchas de los diaguitas de Amaicha y Quilmes en Tucuman y su mensaje a los jóvenes indígenas.



Entrevista al Cacique de Amaicha del Valle, Eduardo Nieva. . En la segunda parte, narra las memorias de las luchas de los diaguitas de Amaicha y Quilmes en Tucuman, su relación con el gobierno nacional y la historia de la COMISION DE JURISTAS INDIGENAS DE LA REPUBLICA ARGENTIA, junto al querido Eulogio Frites, pastor de cabras y abogado... También su mensaje a los jóvenes indígenas.


LOS ACTOS EN MEMORIA DE EVA PERON

Pagina12
Por Alejandra Dandan
 
La CGT y el Movimiento Evita encabezarán hoy una marcha de antorchas por el aniversario de la muerte de Eva Perón. Será un hecho político y un mensaje destinado al corazón del PJ. Con un recorrido inverso a los realizados tras el fallecimiento de Evita, la marcha partirá desde el Ministerio de Desarrollo Social e irá hasta la sede de la central obrera de Azopardo, para subrayar el rol de los trabajadores como “columna vertebral” del peronismo, explicaron los organizadores a Página/12. Sobre el cierre, hablarán Emilio Pérsico, Hugo Moyano y Néstor Kirchner como presidente del PJ. En la CGT no sabían, anoche, cuántos serán los representantes del partido que se acercarán a la marcha. Confiaban en que la presencia de Kirchner termine de alinear a los barones más enfrentados con Moyano. Para recordar a Evita, habrá actos además en Córdoba, Santa Fe y Mendoza.

La larga marcha empezó a prepararse el 11 de marzo, cuando terminaba el masivo encuentro de Ferro, en medio del debate por las reservas del Banco Central, cuando Kirchner recibió el apoyo de un estadio convocado por las organizaciones sociales, el Evita y donde habló Hugo Moyano. En ese contexto, invitaron a Kirchner y se decidió avanzar pese a que el ex presidente no iba a estar presente por un acto simultáneo en San Juan. Finalmente, ese acto se suspendió. Por eso, ambas estructuras se propusieron “movilizar todo lo que se tenga”. La CGT convocó en los plenarios. Se movieron las organizaciones sociales del kirchnerismo aliadas al Evita, como La Cámpora, Martín Fierro, Descamisados y 26 de Julio. La marcha partirá, a las 18, de Belgrano y 9 de Julio, donde Evita hizo el renunciamiento a la vicepresidencia en 1951. Llegará a la CGT y el acto final será sobre Paseo Colón e Independencia, con el escenario en dirección a la Casa de Gobierno.

Un eje será la necesidad de profundizar el modelo. “La idea de ir del ministerio a la CGT es para marcar el rol de los trabajadores en el proceso”, dice Fernando “Chino” Navarro, del Evita. “Reivindicamos que los beneficios sociales deben darse pero apuntando al pleno empleo, al empleo en blanco; sostenemos que ese debate que empezó con la 125 puso blanco sobre negro, el Gobierno pagó un costo alto y ahora hay que ir por la inclusión”. Juan Carlos Schmid (Dragado), de la mesa chica de la CGT, aseguró que será “una demostración concreta de que el movimiento obrero y los sectores populares deben protagonizar un rol importante de cara al proceso electoral del 2011”.

En ese contexto, será una demostración de fuerza. Otro paso en la articulación entre el peronismo ortodoxo y la izquierda peronista y un mensaje dentro del PJ. Una de las expectativas, anoche, estaba puesta en presentes y ausentes, sobre todo intendentes y primeras líneas del gobierno bonaerense. Por caso, Moyano invitó por la mañana a Daniel Scioli, recién llegado de viaje. Navarro llamó a varios intendentes de la tercera sección, pero el trabajo de base estuvo en manos de Schmid, Omar Plaini (Canillitas) y de Luis Cáseres, del Frente Gremial del Evita.

En tanto, Luis D’Elía reivindicará a Evita y a Ernesto “Che” Guevara en el teatro ND/Ateneo, a las 18.30. La Comisión Permanente de Homenajes a Eva Perón hará una misa, a las 19, en Nuestra Señora de Balvanera. La Secretaría de la Juventud de Córdoba hará un homenaje con “expresiones artísticas en el Cabildo de la ciudad de Córdoba” y el Consejo Ejecutivo Provincial Justicialista y la Juventud Peronista de Santa Fe harán, a las 19.30, un homenaje en la sede santafesina del partido.

EDUARDO ALIVERTI - EL VACIO

Pagina12

Por Eduardo Aliverti
 
Hay diversas formas de entrarle al Macrigate. Algunas son interesantes. Otras, aburridas además de insustanciales. Y hay una –tal vez la más explicativa de todas– que no implica al caso en sí, sino a una visión mucho más general acerca de lo que el episodio representa como muestra de la agenda nacional.

Empecemos por apartar los datos secundarios, que a pesar de ese carácter se llevan una porción considerable del interés periodístico. Sin estimar a los directamente fútiles, como la semántica de que Mauricio se haya quitado el bigote justo ahora o el psicologismo en torno de que el padre lo mandó abajo de un camión en declaraciones públicas, está el porotómetro de cuál sería su suerte en la payasada del autojuicio político. Los legisladores de un lado y de otro, sus internas, las especulaciones sobre cómo jugarían las salas de acusación y juzgamiento. Necesario en lo informativo e insufrible por abrumador, en todo caso lo único conceptual del punto es advertir que el macrismo no está seguro, ni siquiera, de la fidelidad de toda su tropa para defender al jefe. Hay más o menos una media docena de diputados ignotos, provenientes de lo que fue el partido de López Murphy, por quienes los coroneles macristas no ponen las manos en el fuego, ni de cerca, respecto de que serían incapaces de votarle en contra. Una muestra de cómo la “vieja política”, de cuya pretendida sustitución tanto se vanaglorió Mauricio, está vivita y coleando en su mismo riñón. Pero al fin y al cabo, nada que no se supiera.

Otro elemento que es válido en la lectura técnica, pero finalmente baladí en lo político, consiste en que Macri se denuncie a sí mismo. Como bien lo abrevió Mario Wainfeld, un juicio político no es un proceso penal porque eso resultaría contrario a la división de poderes; y, en consecuencia, autodenunciarse ante la Legislatura es un disparate porque corresponde a la oposición determinar los cargos. Si quedan entremezcladas las funciones de fiscal, acusado y juez, se produce lo que el perfecto título de portada de Página/12 resumió el jueves pasado: yo me acuso, yo me juzgo, yo me absuelvo. Sin embargo, tampoco esto arroja revelaciones mayores a propósito de la desorientación de Macri & Cía., salvo porque corrobora su patética ausencia de cuadros políticos para diseñar una estrategia de defensa articulada. De nuevo: ¿algo que no se supiera? ¿Algo no contemplado en la obviedad de que el hijo de Franco es un aprendiz, sólo efectivo para haber atraído incautos que creyeron en sus méritos renovadores?

Esto despliega un puente muy atractivo hacia una de las dos últimas ojeadas al Macrigate, antes de ingresar a la arriesgada en el comienzo de estas líneas como la más interesante. ¿No es por completo natural lo que le pasa a Macri, tomado como verosímil –por lo menos– que armó o consintió una red de espionaje para supervisar a ajenos y propios? ¿Qué podía esperarse de un principiante que necesariamente confundiría la imagen de saber manejar a Boca –sólo por sus éxitos deportivos que le llegaron por descarte– con la de la aptitud para conducir la ciudad más importante del país allegado, encima, desde una nula relevancia como empresario privado? ¿Qué podía aguardarse de la administración de un tipo que llegó a la política porque el establishment se quedó sin turco explícito que ejecutase sus intereses en nombre de la política? ¿Debe ser una sorpresa lo que le ocurre a Macri? ¿O debe ser la invitación a un análisis concienzudo por parte de quienes lo votaron, a la sola espera de que por ser rico no robaría y por no provenir de la política convencional no incurriría en sus vicios? No hay imputación alguna en que no habría de robar por su fortuna dineraria. Pero sí es cierto que su gestión es un desastre. Y que de seguir así, quienes lo apoyaron por derecha son susceptibles, digamos, de fugarse a votar por Solanas. A su vez, ese voto fluctuante, histérico, tan típico del sibarita electorado porteño (no únicamente), convoca a pensar desde cuáles convicciones se sufraga. Rigen los humores circunstanciales, en lugar de una orientación ideológica más o menos estable. Y eso imbrica también a la liviandad con que se afirma que detrás de la desgracia macrista está la mano de los K. Dejemos de lado la ridiculez de que tres jueces de Cámara se pusieron de acuerdo para tumbar a Macri, por orden oficial. Y vayamos a la deducción política lisa y llana. ¿Cuál sería el sentido de que los Kirchner quieran acostar a Macri? ¿No es mucho más lógico pensar que les conviene precisamente lo contrario, en función de tener un contrincante que deje clara como ninguno la divisoria de aguas ideológica? Si es por eso, quienes hoy festejan el karma del alcalde son sus presuntos aliados o cortejantes. Lo demostraron ellos mismos, de acuerdo con la forma en que le soltaron la mano. Pero aun si se concede que eso no es así, el escenario opositor es de todos modos un aquelarre. Macri probablemente afuera; De Narváez no puede; Reutemann no sale de su diletancia; entre Cobos y el hijo de Alfonsín no hacen uno; Duhalde divaga con el retorno del que juró abdicar; Carrió sigue encerrada en su show personal mucho antes que por dejar de destruir lo que construye. ¿Qué enseña ese escenario sobre el proyecto de país de la oposición o sobre lo que, de piso, debería ser su espíritu de unión frente a lo que define como una tragedia histórica?

Es a partir de ahí que se erige aquella hipótesis de una moraleja global sobre las circunstancias atravesadas por Macri. Una parábola que no pasa por haberse demostrado su impericia, o su culpa, o su dolo, o lo fluctuante que terminaría siendo el favor popular que lo acompañó en las urnas. Lo cual, dicho sea de paso, está por verse: no es seguro que su asesor ecuatoriano, Durán Barba, se haya equivocado al afirmar que las escuchas ilegales le importan un carajo a la sociedad o, de mínima, a los votantes de Macri. Sin embargo, sea cierta o falsa esa reflexión, permanece que el eje de interés lo da un acontecimiento delictivo. No se trata de algún cruce profundo sobre modelos de municipio y gobierno, ni acerca de la ideología que los regentea. No es una porfía alrededor de escuelas y hospitales en estado lamentable, ni sobre una ciudad cada vez más sucia, ni por qué empeora su sistema de transportes. No. Es tan sólo que el país mediático-político gira alrededor de una materia policial, después de todo, claro que con repercusiones institucionales de mucho volumen. La magnitud alcanzada por el Macrigate ratifica que el debate sobre la economía nacional está en un marcado segundo plano respecto de la política. Y hace un rato ya bastante largo que es así. Antes fue la novela de la supuesta embajada simultánea en Venezuela, que se cayó a pedazos. O los intentos opositores por recuperar iniciativa parlamentaria, o el corte en Gualeguaychú, o los festejos del Bicentenario, o las serruchadas de piso contra Marcó del Pont. La casi única excepción, muy relativa, es la actual polémica por las disponibilidades y patrón energéticos, vuelta a disparar por la escasez de gas o por el bochorno del precio de las garrafas.

¿Es bueno que la economía carezca de debate? Desde ya que no, porque se corre el riesgo, entre otros, de naturalizar profundos y subsistentes desequilibrios sociales. Pero sirve para entender otras cosas. Por ejemplo, que el vacío opositor lo llenan sus folletines y sus escándalos.

viernes, 23 de julio de 2010

VENEZUELA COLOMBIA: Unasur prepara la mediación

Pagina12

Desde ayer, Néstor Kirchner afronta su primer desafío de gravedad como secretario ejecutivo de la Unasur. El ex presidente se comunicó por la mañana con Hugo Chávez para interiorizarse sobre la situación. También habló luego con el presidente pro témpore del bloque, el ecuatoriano Rafael Correa, y con Lula, con quienes diagramó los próximos pasos. Después de estas conversaciones, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, informó que había pedido una reunión urgente del consejo político de la Unasur –que componen los cancilleres de los países miembros–, dejando en claro cuál es el ámbito en el que el gobierno de Chávez quiere dirimir la cuestión, enojado por la actuación de la OEA. “Vamos a colaborar en todo lo que sea necesario”, aseguraron cerca del ex presidente.

Fue el propio Chávez quien informó que ayer lo habían llamado Lula, Correa y Kirchner –“nuestro presidente de la Unión de Naciones Suramericanas”, lo consideró–, “esto preocupa a todos, por supuesto”, evaluó. El venezolano se enojó con la actuación de la OEA, el organismo que ayer accedió a tratar la denuncia del presidente colombiano, Alvaro Uribe, sobre la supuesta actividad de guerrilleros de las FARC en Venezuela. También el gobierno ecuatoriano fue sorprendentemente crítico con la actuación de la organización americana y de su secretario general, el chileno José Miguel Insulza. El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, directamente lo acusó de no cumplir con su deber. “Insulza tiene ahora la responsabilidad en lo que ha pasado en la región por no haber llamado a consultas que nosotros le pedimos como un ruego”, explicó Patiño.

Maduro dirigió el pedido de convocatoria de la Unasur justamente a Correa, el conductor pro témpore. “Que Unasur asuma una respuesta suramericana a esta agresión. Unasur es el escenario natural”, concluyó el canciller venezolano.

Patiño estuvo de acuerdo en esa apreciación –“Unasur tiene más capacidad de diálogo”, sostuvo–, pero no quiso avanzar sobre los próximos pasos que daría el bloque, explicó, para no caer en el mismo error de Insulza. “Consultaré al presidente (Correa) para que me dé disposiciones respecto a esto”, evaluó, cauteloso. Ni siquiera quiso adelantar la posible fecha en la que se podría realizar la reunión de emergencia solicitada por Venezuela. “No quiero precipitar, creo que deberíamos consultar con los distintos gobiernos de América del Sur”, explicó Patiño.

Resultará crucial conocer la disposición de Colombia para una eventual cumbre, dado que el gobierno de Uribe prefirió como escenario de su denuncia a la OEA, un organismo que históricamente se vinculó más a los intereses de Estados Unidos y de sus aliados. Sin embargo, la situación es parecida a la que se planteó cuando Colombia anunció la instalación de siete bases norteamericanas en su territorio. En aquel momento, en agosto del año pasado, Uribe aceptó la convocatoria a una cumbre excepcional de la Unasur que se hizo en Bariloche y evitó una condena regional. No es ilógico pensar que Uribe responda ahora de la misma manera, aunque en esta situación se da la particularidad de que en dos semanas dejará la presidencia en manos de Juan Manuel Santos, quien seguramente tendrá que dar su opinión.

Ayer, Kirchner siguió el conflicto regional antes y después del acto que encabezó en Santa Fe (ver página 8). En su entorno confirmaron las comunicaciones con Chávez, Correa, Lula y su asesor en temas internacionales, Marco Aurelio García. Y adelantaron la total disposición del ex presidente a mediar entre los dos países para que la situación pueda recomponerse.

Un torpedo de Uribe como despedida

Por Luis Bruschtein
La denuncia sobre la presencia de guerrilleros de la s FARC y el ELN en territorio de Venezuela ha sido usada por el colombiano Alvaro Uribe a lo largo de toda su presidencia. Pero esta vez la armó como un torpedo a la línea de flotación de la relación entre ambos países. Fue una especie de regalito que Uribe dejó a su sucesor Juan Manuel Santos, que asumirá el 7 de agosto. Lo que dijo el embajador colombiano ante la OEA fue que el gobierno de Hugo Chávez “no acepta colaborar en la lucha antiterrorista”. Uribe denuncia que hay guerrilleros colombianos en Venezuela y Chávez lo niega. Para Uribe, eso es no colaborar. En las denuncias internas y en la propaganda política va más allá y denuncia de hecho que Chávez respalda a las FARC y al ELN, pero no puede hacer esa denuncia en foros internacionales porque no tiene pruebas.

Pero esta denuncia coincide con lo que ha intentado instalar en forma permanente en la región el sector más duro del Pentágono. Hay una coincidencia histórica entre este sector y Uribe. Santos fue el ministro de Defensa de Uribe. Este sector del Pentágono estuvo implicado en el intento de golpe contra Chávez y ha desarrollado infructuosamente todo tipo de estratagemas para aislar al venezolano de su contexto regional. Ningún gobierno progresista se sumó a esa política. Solamente las fuerzas políticas conservadoras, históricamente muy pronorteamericanas, han colaborado con esta estrategia de guerra abierta contra Chávez.

Con los cambios que hubo en el mundo y ahora con la llegada de Obama a la Casa Blanca no tiene buena prensa hablar de estos temas y recordar que en la historia la relación de Estados Unidos con América latina estuvo signada por invasiones e intrigas violentas para respaldar dictaduras militares o gobiernos represivos. No es un buen saldo.
A partir de los ’80 se produjeron algunos cambios. En especial porque la atención de Washington estuvo menos puesta en la región. Paradójicamente, ahora, cuando por primera vez un afroamericano llega a la Casa Blanca, la sensación es que la región podría sufrir nuevamente la atención de su vecino del Norte.

La existencia del Plan Colombia y la presencia de siete bases militares norteamericanas en ese país viene de antes. No constituye una novedad. Lo nuevo sería que fueran operadas en una crisis regional. Esas bases han sido criticadas por todos los mandatarios de la Unasur, empezando por el brasileño Lula da Silva y los argentinos Néstor y Cristina Kirchner.

En los últimos meses, ya con la gestión de Hillary Clinton como secretaria de Estado de Obama, la flamante presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, autorizó la entrada a ese país de tradición pacifista a entre siete y trece mil marines norteamericanos y 46 barcos de la flota estadounidense. Costa Rica no tiene ejército. En poco tiempo lo tendrá, y será el de los Estados Unidos.

A su vez, el nuevo presidente de Panamá, el empresario derechista Ricardo Martinelli, firmó con Clinton otro acuerdo para instalar cuatro bases aeromilitares. Panamá es un país que arrastró como estigma de su historia que su territorio estuviera partido a la mitad por la Zona del Canal, donde no tenía soberanía y donde había numerosas bases norteamericanas. Y además fue invadido por Estados Unidos en 1989.

Y lo mismo se dice con respecto a Perú: el presidente de Ecuador, el centroizquierdista Rafael Correa, no renovó contrato para la base de Manta, por lo que será trasladada a Iquitos.

En una época en que no existen conflictos militares en la región, sino que, por el contrario, el impulso integrador ha sido más fuerte que en toda su historia reciente, resulta por lo menos sospechoso el evidente interés del Pentágono por regar América latina con bases militares norteamericanas. Y resulta más inquietante si al mismo tiempo, desde Colombia, donde está la mayoría de ellas, un presidente a punto de retirarse echa fuego al conflicto con Venezuela y condiciona a su sucesor y a Chávez a una política de tensión creciente.

jueves, 22 de julio de 2010

VENEZUELA ROMPIO RELACIONES DIPLOMATICAS CON COLOMBIA

Telam

"Lo anuncio con una lágrima en el corazón: Venezuela rompe relaciones con Colombia"

"Lo anuncio con una lágrima en el corazón: Venezuela rompe a partir de este momento todas las relaciones con Colombia", aseguró Chávez.

Sobre la presidencia de Alvaro Uribe, dijo que "ha sido un gobierno guerrerista, mentiroso, agresivo, violento, virulento, energúmeno".

"Esperemos que no ocurra nada más grave en estos días que le quedan al presidente Uribe porque anda como enloquecido", disparó Chávez.

Además, pidió que el gobierno electo de Colombia "contribuya a que se retome el camino de la razón en Colombia".

Habrá pases de factura en la próxima reunión de la Conferencia Episcopal

El Argentino.



El cardenal Jorge Bergoglio y el obispo Héctor Aguer serán los principales blancos de las críticas. El jefe de la Iglesia católica, por la carta a las carmelitas descalzas que publicó Tiempo Argentino, y el prelado de La Plata, por su intransigencia.
 
Y sí, yo creo que van a volar muchos platos”, pronosticó un buen conocedor sobre la próxima reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, que presidirá el cardenal Jorge Bergoglio en agosto. Durante tres días, unos treinta obispos debatirán sobre los temas más variados y prepararán el temario de la próxima Asamblea Plenaria. La sanción de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo meterá la cola en la liturgia. “Es insoslayable”, admitió un obispo que no se ausentará, ni se quedará callado, que se trate el tema.

“Las críticas van a ser fuertes y valientes”, anticipan los especialistas. Y agregan que también serán numerosas y cruzadas. Bergoglio, desde el vamos, será el blanco preferido de muchos. El sector representado por el obispo Héctor Aguer, de La Plata, lo secundará en recibir las recriminaciones. Y ambos, a su vez, repartirán culpas al resto.
El jefe de la Iglesia católica, previsiblemente, será responsabilizado por “la estrategia equivocada”. Las huestes de Aguer creen que venían ganando la discusión pública, que tenían convencida a la sociedad de que la ley no pasaría, hasta que Tiempo Argentino públicó una carta que Bergoglio le escribió a cuatro conventos de monjas carmelitas.
En la esquela le pedía a las religiosas que recen por la Iglesia, por los católicos, por la sociedad, por los senadores y hasta por él mismo. Pero, sobre todo, tenía dos apreciaciones filosas: la idea de que se trataba de un momento de mucha angustia caracterizado como una “guerra de Dios” y la certeza de que la causa real de la propuesta legislativa fue “la envidia del demonio”. El cardenal retrucará –como ya hicieron sus voceros− que la difusión del documento corrió por cuenta de la Agencia Católica Argentina y que él no pidió que se hiciera pública.
Los obispos que no simpatizan con la intransigencia de Aguer, ni con su conservadurismo, le harán a Bergoglio otro tipo de reclamos. Le dirán que su gran error fue dejar en manos de hombres del obispo de La Plata la campaña pública de la Iglesia. Se referirán, claro, a monseñor Antonio Marino, a cargo de la Comisión Episcopal de Seguimiento Legislativo y al perito episcopal Guillermo Cartasso. Los acusarán de rústicos y de carentes de “muñeca política”.
Las paredes de la coqueta sede del Episcopado, en Suipacha, cerca de la Avenida Santa Fe, escucharán también cuestionamientos a lo que llaman “la zonza inocencia” de la que pecó la implementación del plan para derrotar en el Congreso a la ley de matrimonio para personas del mismo sexo. Un obispo admitió en los últimos días que no se contempló que el gobierno nacional también “jugaba” y que el lobby sobre los senadores fue, evidentemente, un fracaso. El hombre puso un buen ejemplo: se presionó a los legisladores de San Juan, y a su gobernador José Luis Gioja, y resulta que Marina Riofrío se fue a la gira por China con la presidenta y faltó el día de la sesión. 
El proceso de aprobación de la ley de matrimonio igualitario mostró a la Iglesia como pocas veces. Fue clara la distancia entre la cúpula eclesiástica y la base de curas que ejercen su vocación cerca de los sectores populares. Se escucharon testimonios de sacerdotes que se manifestaron en contra de la postura oficial y la movilización frente al Congreso de la Nación estuvo copada por los católicos de buen pasar. La disputa le reservó a Bergoglio un rol, por lo menos, curioso: defender con un estilo agresivo y arcaico una postura a la que, en rigor, había intentado oponerse en el plenario que se hizo en abril. Ese día, el cardenal sugirió que el camino adecuado sería el de apoyar la Unión Civil. Y perdió la votación a manos de Aguer, que defendió una posición idéntica a la que propone hoy el Vaticano.
El encuentro del 17, 18 y 19 de agosto va a ser clave. Y pesado. En la Iglesia se repite que los obispos “son hermanos, que se pueden decir las peores cosas, pero siempre lo hacen desde esa hermandad”. También se señala que el debate sobre el matrimonio igualitario se va a dar en el marco de una discusión filosófica más grande, pero de igual actualidad, que tironea a la institución entre “el dogma y la misericordia”. Y subrayan que no son de esperar consecuencias inmediatas por eso de “los tiempos de la Iglesia”.
 En la Casa Rosada, entre tanto, late aún el clima festivo. “Se van a matar, por lo menos hasta el próximo sínodo no nos van a volver a hacer oposición”, se le escuchó decir a un funcionario, a modo de introducción de una carcajada escandalosa.

DIAZ BESSONE: Llanto, emoción y llamadas amenazantes

Pagina12 


Por Sonia Tessa
Desde Rosario

Ramón Genaro Díaz Bessone, un irreconocible José Rubén Lo Fiego, Mario Alfredo Marccote, José Antonio Scorte-cchini, Ramón Rito Vergara y Ricardo Miguel Chomicky escucharon ayer, en el banquillo de los acusados, algunos de los delitos por los que serán juzgados. Sólo Díaz Bessone cumple prisión domiciliaria. El resto transcurrirá el juicio en libertad. Mientras tanto, varios querellantes reciben sugestivas llamadas de un supuesto cementerio de Funes, que les aseguran que ganaron una parcela a perpetuidad. La sofisticada amenaza da cuenta del peligro que significa esta situación para los casi 200 testigos que pondrán el cuerpo durante los próximos meses con el objetivo de esclarecer la represión ilegal en la zona. Unicamente Chomicky, un civil que ingresó secuestrado y colaboró en secuestros y torturas (la agrupación HIJOS no lo acusó) hacía gestos mientras decía que no con la cabeza cuando la secretaria del Tribunal Oral Federal, Silvina Andalaz, leía las acusaciones del requerimiento de elevación a juicio. El resto estaba imperturbable. Incluso, Díaz Bessone se durmió en algunos tramos. Para el público sentado en la sala, la situación fue conmovedora. Ana María Moro, testigo y querellante, rompió en un llanto desesperado cuando se relataron los hechos de los que fue víctima su hermana gemela, Miriam. Lo mismo le ocurrió a Josefina “La Tana” González, cuando escuchó lo vivido por su madre Ruth, junto a ella, que era una beba de cinco meses y su hermana de 3 años.

Ana Moro estuvo también secuestrada en el servicio de Informaciones, junto con su compañero, Juan Cheroni, quien ayer le acariciaba el brazo mientras ella se tapaba la cara llena de lágrimas. Militante de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticos desde la misma dictadura, para Ana, nada de lo escuchado allí sobre los nueve impactos de bala que recibió el cuerpo de su hermana fue una sorpresa. El valor se lo dio que se estuviera leyendo frente a algunos acusados, en la instancia de un juicio oral y público. Algo similar atravesó La Tana, secuestrada junto a su hermana Marina y su mamá, Ruth, que fue asesinada. Ayer a la mañana, en la primera jornada, se leyeron los hechos de los que fue víctima cuando era una beba, junto a su hermana y su mamá. La Tana estuvo secuestrada en el Servicio de Informaciones y sufrió golpes de la patota de Feced, una tortura dirigida a quebrar la voluntad de Ruth. También militante de los organismos de derechos humanos, es difícil que La Tana llore al contar su historia. Pero ayer no pudo evitarlo. “Entendí a la gente que se emociona cuando me escucha, hasta ahora no me había pasado”, dijo al salir de la sala de audiencias, todavía conmovida.

Esta semana, Beatriz Barabani presidió el tribunal integrado también por Otmar Paulucci y Jorge Venegas Echagüe, así como José María Escobar Cello como conjuez. El juicio que comenzó ayer es histórico. Su principal imputado, Ramón Genaro Díaz Bessone, fue una figura clave de la dictadura, aunque sea menos célebre que su sucesor en el cargo, Leopoldo Fortunato Galtieri. El nombre y la cara de Díaz Bessone no son tan conocidos como los de Jorge Rafael Videla o Alfredo Astiz, pero el hombre de 84 años que ayer estaba sentado en el banquillo de los acusados fue el comandante del Segundo Cuerpo de Ejército hasta el 12 de octubre de 1976, cuando fue designado como ministro de la Nación de la dictadura militar. Desde el Comando ideó la represión en seis provincias. En ese puesto lo sucedió Galtieri, a quien no se puede juzgar porque ya murió. Como el interventor de la policía provincial, Agustín Feced y varios acusados por los delitos que desde ayer comenzaron a juzgarse. El segundo juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad en la región es el más voluminoso y concentra a figuras claves de la represión ilegal. Se conoció como causa Feced y vino motorizado desde 1984 por ex prisioneros políticos, aunque sufrió los avatares de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Cuando lo elevó a juicio oral, el tribunal le cambió la carátula al considerar a Díaz Bessone el máximo responsable de la represión en la zona, mientras estuvo al frente del comando. En este juicio se ventilará lo ocurrido en el Servicio de Informaciones, el centro clandestino más importante de la provincia, por donde se estima que pasaron entre 1800 y 2000 personas.

Lo Fiego, lugarteniente de Feced y acusado por más de 60 delitos de lesa humanidad, está pelado. Según la resolución de la Cámara de Casación Penal y una más reciente del Tribunal Federal Oral número 2, Lo Fiego y los otros cuatro acusados transitarán el juicio en libertad. El lunes pasado, las dos querellas presentaron un nuevo pedido para apresar a los represores durante el transcurso de las audiencias, pero aún no recibió respuesta.

Para el primer día del juicio dijeron presente, como lo habían hecho en la causa Guerrieri, la vicegobernadora Griselda Tessio, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Héctor Superti, así como la secretaria de Derechos Humanos, Rosa Acosta. El resto de la sala estaba ocupado por testigos y querellantes. Cuando entraron del brazo Gustavo de Vicenzo y su abuela, Noemí, Madre de la Plaza 25 de Mayo, parecía estar presente –de manera simbólica, claro– Roberto, hijo de una y padre de otro, cuyos restos fueron identificados recientemente. “Por fin voy a ver la justicia, después de tantos años de lucha”, se esperanzó la infatigable Madre, próxima a cumplir 83 años.

Afuera de la sala, la fría mañana de ayer encontró a testigos, querellantes, organismos de derechos humanos y el amplio abanico de organizaciones congregados en el Espacio Juicio y Castigo haciendo el aguante en el cantero central de bulevar Oroño, mientras en la sala de audiencias se acomodaban los imputados, y luego comenzaba el juicio propiamente dicho. Una radio en vivo conducida por Carlos del Frade daba la bienvenida a las Madres, Noemí de Vicenzo y Chiche Ma-ssa, así como también a Iris Avellaneda, la mamá del Negrito, de-saparecido de la provincia de Buenos Aires. Del Frade recordó también que ayer se cumplieron 24 años de la muerte oficial de Feced. Una investigación suya demostró que dos años después, el jerarca de la policía provincial seguía vivo. Y lo confirmó el propio nieto del represor, Agustín Feced, que tiene serias dudas de ser hijo de desaparecidos y milita en organismos de derechos humanos.

La radio fue además un espacio para que hablaran querellantes e integrantes de todas las organizaciones presentes. Mientras tanto, Freddy Sciarratta y André Núnez, de El Movimiento, pintaban un mural que representaba a los represores con una lápida, asustados, y las Madres, así como los organismos, reclamando justicia. Entre los rostros estaba el de Eduardo Nassini, uno de los querellantes de la causa Feced que falleció hace unos años, como consecuencia de un cáncer. El Tortuga, le decían, y sus compañeros quisieron recordarlo ayer. El lienzo estaba terminado al mediodía, justo cuando los integrantes del Espacio Juicio y Castigo comenzaron la bicicleteada por lugares donde se produjeron algunos de los secuestros de militantes que comenzaron a juzgarse. Al mediodía, cerca de las 14, hubo hamburguesas, hechas en una pequeña parrilla halconera y servidas por varios integrantes de Juicio y Castigo, entre ellas, la sobreviviente Olga Moyano.

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